El embarazo es uno de los momentos más importantes en la vida de una pareja y una experiencia única, irrepetible e irreversible, por lo que cada momento cuenta.
Ser madre y padre, formar una familia propia. Además, aumenta la jerarquía familiar pues ahora, además de ser hijo e hija, pasas a ser padre o madre. El sistema familiar se modifica todavía los padres pasan también a ser abuelos.
La mujer que gesta un bebé crea un sentimiento de amor que irá desarrollándose con un instinto maternal a raíz del nacimiento de dicho bebé.
El proceso de gestación es diferente en cada mujer, en función de las condiciones personales de vida, la edad, la situación socioeconómica y las relaciones de pareja.
La mujer embarazada hará frente a importantes cambios fisiológicos, como el aumento de peso, los cambios de estado emocional debido a las hormonas o una hipotética aparición de diabetes gestacional. Necesita apoyo y ayuda.
El Yoga mejora la salud en general durante la maternidad. Las embarazadas practicantes de yoga tienen un peso moderado, no sufren ansiedad alimenticia, regulan mejor los períodos de descanso y hacen una gestión adecuada de las emociones.
Numerosas mujeres comienzan a practicar yoga por vez primera cuando quedan embarazadas en busca de los beneficios que esta disciplina les puede aportar. Después del parto y tras la experiencia positiva en el período de embarazo, continúan con sus clases de yoga.
Cada vez más, matronas y especialistas en Obstetricia recomiendan la práctica del yoga como complemento en la atención y cuidado de la mujer, tanto en el parto como en el posparto.
Las Asanas (posturas) y los Pranayamas (respiraciones) que se practican durante el embarazo no son las mismas que las que se realizan cuando una mujer no está en estado de buena esperanza. Por eso, es importante que practiques con verdaderos profesionales de los sectores del Yoga y de la Salud.
Una mujer que está embarazada requiere de determinados cuidados y, además, tiene que modificar los hábitos de su vida cotidiana.
Una gestación debe desarrollarse como un período vital saludable y la embarazada no debe ser tratada como una enferma porque no lo está. Lo que sucede es que se producen ciertos cambios fisiológicos, como el aumento del sueño y cansancio, la aparición de náuseas y mareos.
El ejercicio físico ayudará a gestionar mejor estos aspectos puntuales, de modo que se alcance una gestación feliz y en armonía.
Se trata de una actividad que no provoque riesgo, consensuada con tu médico. Se recomienda andar a diario, la natación y, sobre todo, el Yoga para Embarazadas.
Las técnicas de respiración del Yoga se llaman Pranayamas, las cuales son necesarias y adecuadas para la mujer embarazada y el proceso de parto que ésta va a realizar.
Las clases de Yoga Maternal enseñan a reducir la ansiedad y a manejar el control del dolor durante las fases del parto. Es necesario aprender a respirar para sentir más vitalidad y energía, calmar el estrés y prevenir el insomnio.
En los primeros meses de gestación, recomendamos aprender el Paranayama Nadi Shodhana, muy útil para calmar la mente. Aporta esa tranquilidad y concentración necesarias para despejar nuestra mente de pensamientos preocupantes y reduce el nerviosismo y estrés.
La respiración Nadi Shodhana consiste en alternar las fosas nasales de manera que se active la energía de los Nadis, que son canales de energía por los que circula el Prana.
La fosa nasal izquierda se corresponde con el canal “Ida” y con la Luna mientras que que la fosa nasal derecha se asocia al Sol y se denomina “Pingala”.
La embarazada se sienta cómodamente com la espalda erguida, realiza un Mudra con la mano derecha. Flexiona los dedos índice y corazón de la mano derecha al tiempo que deja reposar la mano izquierda.
La respiración tiene que hacerse de manera natural, sin forzarla, sin retener aire, en la que la inhalación y exhalación duren el mismo tiempo.
Cierra suavemente, con el pulgar hacia arriba, la fosa nasal derecha e inhala por la fosa nasal izquierda. Cierra, con los dedos anular y meñique, la fosa nasal izquierda y exhala despacio por la derecha. Inhala por la fosa nasal derecha, cierra esta última con el pulgar y exhala por la fosa nasal izquierda.
Este ciclo puede completarse tres veces por cada fosa nasal. Después, baja la mano derecha y respira profundamente por las dos fosas nasales varias veces. La embarazada se sentirá calmada y concentrada, por lo que surge un buen momento para descasar o realizar una meditación.